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    La contaminación acústica está dañando a los animales, y ni siquiera sabemos cuánto

    Si no te gusta el ruido, imagina cómo se sienten las mascotas y otros animales al respecto. Crédito:Aleksey Boyko/Shutterstock

    Desde proyectos de construcción hasta carreteras transitadas, aviones y ferrocarriles, el ruido humano está en todas partes. Es una causa invisible de estrés que plantea graves riesgos para la salud y el bienestar humanos. Sin embargo, el ruido también daña a los animales que viven en estrecho contacto con los humanos, en casas, granjas y zoológicos.

    El ruido es un sonido que distrae, asusta o físicamente doloroso. Los impactos del ruido en los humanos van desde una leve irritación hasta problemas de aprendizaje y memoria, daño auditivo permanente y enfermedades del corazón.

    Los ruidos anormalmente altos, como los de los conciertos de música o las obras de construcción, se controlan para proteger el oído humano. Pero el ruido no está regulado para otros animales.

    En nuestro artículo reciente, encontramos que se necesita una mayor conciencia y una mayor comprensión de cómo el ruido daña a las mascotas, los animales de granja y de trabajo y los animales del zoológico.

    La investigación tiende a medir qué tan fuerte es un ruido en decibelios (dB). Los decibelios son fáciles de medir con un dispositivo portátil y forman la base de las pautas de salud humana. Pero el tipo de fuente de ruido, la frecuencia (tono), la velocidad y la duración también pueden afectar la forma en que un oyente experimenta el ruido.

    Los grandes simios tienen capacidades auditivas similares a las de los humanos, pero el resto del reino animal percibe el ruido de manera muy diferente. La audición varía desde ecolocalización de ultrasonidos de muy alta frecuencia (>20 000 Hz) en murciélagos y delfines hasta infrasonidos de muy baja frecuencia (<20 Hz) en elefantes. El rango de audición de los humanos se encuentra justo entre el ultra y el infrasonido.

    Algunos invertebrados, como las arañas cazadoras, detectan el sonido de las vibraciones con los diminutos pelos de sus patas. Es difícil saber qué tan sensible es un animal al ruido, pero lo más importante es si el ruido en su entorno está dentro de su rango de audición, en lugar de si el animal tiene una frecuencia alta o baja.

    Lo que sabemos

    Debido a la falta de investigación, no sabemos mucho acerca de cómo afecta el ruido a los animales, pero esto es lo que hemos aprendido hasta ahora.

    El ruido fuerte puede dañar permanentemente la audición de los roedores de laboratorio. Podemos suponer que esta exposición es dolorosa porque las ratas expuestas a ruidos fuertes se comportan de manera diferente con y sin analgésicos. Los hallazgos en los estudios de laboratorio con roedores se pueden generalizar a otros mamíferos, pero existen diferencias conocidas en la capacidad auditiva entre diferentes animales.

    Los animales salvajes sufren estrés crónico, problemas de fertilidad y cambian sus rutas de migración en respuesta al ruido. Los animales confinados a menudo están expuestos a altos niveles de ruido generado por humanos del que no pueden escapar.

    Las investigaciones muestran que el ruido causa dolor, miedo y problemas cognitivos en los animales confinados. Por ejemplo, en los peces, las vibraciones del ruido extremo pueden dañar la vejiga natatoria, lo que a su vez afecta su audición y flotabilidad. El dolor y el miedo son fuertes indicadores de un bienestar deficiente.

    Los ruidos inaudibles (vibraciones) también pueden dañar a los animales al sacudir físicamente las partes internas de su cuerpo. Los animales de granja experimentan altos niveles de vibración durante el transporte. Nuestro grupo de investigación de la Universidad Anglia Ruskin está investigando si las vibraciones del trabajo de construcción afectan a los primates de los zoológicos.

    Un evento ruidoso, como un festival de música local o un clima extremo, puede provocar miedo a largo plazo en los animales. El vínculo entre el ruido y el miedo ha sido bien estudiado en perros utilizando grabaciones de tormentas eléctricas.

    Este tipo de sensibilidad al ruido, que afecta hasta al 50 % de los perros, se desencadena por ruidos inesperados. Hace que los animales se escondan o busquen el consuelo humano. Las gallinas de granja expuestas al ruido de los vehículos e incluso a la música también se congelan de miedo.

    Los primates, las aves y las ranas pueden adaptarse a corto plazo a los ambientes ruidosos al vocalizar más fuerte, de manera similar a alzar la voz en fiestas ruidosas. Pero no se han estudiado las consecuencias a largo plazo de los animales que necesitan cambiar sus métodos de comunicación.

    La exposición a largo plazo a ruidos fuertes reduce la capacidad de aprendizaje y memoria en ratones de laboratorio. El vínculo entre la cognición y la ansiedad en los humanos es complejo pero, en términos generales, los altos niveles de ansiedad reducen nuestra capacidad para realizar tareas desafiantes.

    Esto podría ser similar en otros mamíferos, pero no hay suficientes investigaciones para estar seguros. Estudiar el ruido en los zoológicos es difícil porque es difícil controlar otros factores, como el clima y la presencia de visitantes.

    Cómo ayudar

    Si su mascota está estresada por el ruido, hay una variedad de tratamientos disponibles para calmarla o distraerla, incluidas feromonas sintéticas y juguetes de enriquecimiento. Pero es mejor prevenir que curar.

    Si cuida animales confinados, preste mucha atención a las actividades humanas que generan ruido (como la limpieza y la jardinería) y cómo el entorno puede reflejar las ondas sonoras. Las ondas de sonido pueden bloquearse y rebotar en materiales como el hormigón, el metal y el vidrio, lo que empeora el ruido.

    Puede proteger a sus mascotas durante eventos ruidosos, como tormentas eléctricas y espectáculos de fuegos artificiales, proporcionando espacios adicionales para escapar del ruido. Algunos muebles suaves como almohadas o mantas dentro de una guarida ayudan a absorber los sonidos. Una pila de mantas para meterse debajo, incluso sin una guarida, ayudará a bloquear el ruido.

    Se necesita una mejor regulación para proteger a los animales de los trabajos de construcción y los eventos ruidosos. Los animales no tienen voz en los proyectos de construcción o conciertos de música, pero pueden sufrir las consecuencias. + Explora más

    Protege tu audición este 4 de julio

    Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.




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