El sistema nervioso es el cableado que coordina cómo funciona tu cuerpo. Los nervios registran estímulos como el tacto, la luz, el olfato y el sonido y envían impulsos al cerebro para su procesamiento. El cerebro clasifica y almacena información y envía señales al cuerpo para controlar los procesos y movimientos de la vida. Las señales viajan rápidamente a través del sistema nervioso y la capacidad de los nervios para transmitir impulsos se llama conductividad.
El Sistema Nervioso Central
El sistema nervioso corre por todo el cuerpo, pero el sistema nervioso central está el centro de procesamiento del cuerpo. El sistema nervioso central está formado por el cerebro y la médula espinal. Es responsable de coordinar las funciones corporales voluntarias e involuntarias y procesar la información entrante. En cierto modo, el sistema nervioso central es como una computadora viviente gigante. Las señales o impulsos viajan dentro del sistema nervioso central y entre el sistema nervioso central y el cuerpo.
La neurona
La célula básica del sistema nervioso es la neurona, y la estructura de la neurona es clave para el movimiento de los impulsos en todo el sistema nervioso. La célula tiene un cuerpo principal y proyecciones similares a tentáculos que llegan a otras células. Los puntos donde las neuronas se cruzan se llaman sinapsis. Las dendritas son proyecciones que reciben información de otras células nerviosas. Los axones, también llamados fibras nerviosas, son proyecciones de hasta 1 metro (3,3 pies) de largo que transmiten información a otros nervios. Fuera del sistema nervioso central, las neuronas también pueden transmitir información y recibir información de otros tejidos.
El potencial de acción
Cuando una señal viaja dentro de un nervio, se denomina potencial de acción. La célula nerviosa bombea iones de sodio positivos fuera de la célula, creando una carga negativa dentro de la célula. A medida que la célula se estimula y se inicia un potencial de acción, los canales se abren y los iones de sodio entran en la célula. Los canales se abren en una onda hacia abajo del axón hasta que el impulso llega al final de la célula. Los axones están envueltos en una capa protectora de mielina que actúa como un aislante eléctrico, acelerando el impulso. Todas las neuronas en el sistema nervioso central están recubiertas de mielina, aunque algunas en el sistema nervioso periférico no lo son.
Transmisión entre neuronas
Cuando el potencial de acción golpea el extremo de un nervio, la señal debe moverse a través de la barrera a otra celda en la sinapsis. Al final del axón, el potencial de acción desencadena la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la adrenalina. Los neurotransmisores flotan a través de la pequeña juntura entre las células hasta que llegan a la dendrita de la siguiente célula, lo que provoca otro impulso y mueve la señal por la línea. La conductividad puede parecer un proceso lento, pero las señales pueden viajar hasta 112 metros por segundo (250 millas por hora).