Cuando Arthur Conan Doyle creó al detective ficticio Sherlock Holmes en 1887, no tenía idea de que también estaba creando los primeros superfans modernos. Sus lectores adoraban a Holmes y rápidamente se obsesionaron con él, tan obsesionados que cuando Conan Doyle se cansó del personaje y lo mató en 1893, estaban indignados. La friolera de 20 000 de ellos cancelaron suscripciones a la revista donde habían aparecido las historias. Algunos llevaban brazaletes negros en las calles, mientras que otros organizaban campañas de envío de cartas para traer de regreso a Holmes. Una década después, Conan Doyle cedió con la publicación de "El regreso de Sherlock Holmes".
Y esa fue solo la primera encarnación del superfandom de Sherlock Holmes. En 1934, después de que Conan Doyle dejara de escribir Holmes para siempre, un periodista llamado Christopher Morley fundó un club en Nueva York llamado Baker Street Irregulars, donde la gente podía reunirse para hablar sobre el detective ficticio. El club también creó rituales que siguen siendo de rigor para fanáticos devotos de todos los géneros:fan fiction, convenciones, incluso cosplay, en forma de sombreros de cazador de ciervos. El club sigue fuerte.
Hoy dia, los superfans están en todas partes. Ellos animan y adular equipos deportivos, bandas de chicos, famosos, Programas de televisión, y libros de historietas, entre otras cosas. Puede parecer una tontería volverse loco por los pandas o Spider-Man. Pero hay buenas razones por las que los humanos tienden a hacer esto. ¿Pearson y Mangesh (Mango) Hattikudur abordarán este intrigante tema en un episodio del podcast Part-Time Genius titulado "¿Qué se necesita para ser un superfan?"
Will y Mango dicen que la mayoría de las personas son fans casuales, no superfans. ¿Cual es la diferencia? Un fanático casual de "Game of Thrones" podría pasar siete horas viendo una temporada del programa de televisión. Un superfan puede pasar 20 horas más escuchando podcasts que analizan cada episodio del programa.
¿Qué hace que algunas personas estén tan obsesionadas? Primero, autopresentación, dice Will. Por ejemplo, vistiendo cierta ropa en Dragon Con, pintarte la cara el día del juego, o consumir ciertos medios. Estas elecciones conscientes envían un mensaje sobre el tipo de personas que somos o queremos ser. Pero, ¿la señal es principalmente para nosotros mismos o para las personas que nos rodean? Un estudio realizado por la psicoterapeuta Teresa Stern concluyó que una comunidad de fanáticos proporciona un espacio cómodo para que las personas se familiaricen con sus identidades sin ser juzgadas. Esto también puede ayudarlos a desarrollar su autoestima.
"Todos queremos ese sentido de pertenencia, "dice Mango, "y el fandom parece una forma de hacerlo".