* Obscuración completa: Las nubes actúan como una barrera gruesa, que bloquea completamente cualquier luz de pasar. Esto significa que si una nube está directamente frente a la luna, no podrá verla en absoluto. Obviamente, esto hace que observar cualquier evento celestial que involucre a la luna sea imposible.
* Brillo reducido: Incluso si las nubes son delgadas o irregulares, todavía se dispersan y absorben parte de la luz de la luna. Esto hace que la luna parezca más tenue y menos distinta, potencialmente obstaculizando observaciones de estrellas más débiles, planetas u otros objetos celestiales que se basan en el contraste contra el brillo de la luna.
* Distorsión: Las nubes también pueden hacer que la imagen de la luna parezca distorsionada o borrosa, especialmente si se mueven rápidamente o son gruesas y desiguales. Esto puede dificultar el enfoque en la luna misma y dificultar la observación de cualquier detalle sobre su superficie u otros eventos celestiales que ocurran cerca de ella.
Aquí hay algunos ejemplos específicos de cómo las nubes afectan los eventos celestiales:
* eclipses lunares: Las nubes pueden oscurecer completamente la luna durante un eclipse lunar, lo que hace que sea imposible presenciar este evento.
* Ocultaciones lunares: Si una nube está en el camino, puede bloquear que la luna oculte (pase delante de) una estrella o planeta, evitando que observe este fenómeno.
* Stargazing: Las nubes pueden hacer que sea difícil ver estrellas más débiles, ya que se necesita la luz de la luna para crear contraste y hacerlas visibles.
En general: Los cielos nublados son el enemigo más grande para cualquiera que intente observar eventos celestes que involucran a la luna. Siempre es mejor verificar el pronóstico del tiempo y garantizar los cielos claros antes de establecer para observar cualquier fenómeno celestial.