He aquí por qué no hay ningún descubridor:
* Orígenes antiguos: Las constelaciones han sido observadas y nombradas por personas durante miles de años. Las civilizaciones antiguas como los babilonios, los egipcios y los griegos reconocieron el patrón de estrellas que ahora llamamos Leo.
* Variaciones culturales: Diferentes culturas a menudo tenían sus propios nombres e historias asociadas con las mismas constelaciones.
* Formalización: Las constelaciones modernas que reconocemos hoy fueron formalizadas en el siglo XIX por la Unión Astronómica Internacional (IAU). No se trataba de descubrir nuevas constelaciones, sino establecer un sistema estandarizado para que los astrónomos lo usen.
Entonces, si bien no podemos señalar a un solo descubridor de Leo, ¡la constelación ha sido parte de nuestra comprensión del cielo nocturno durante mucho tiempo!