El cambio de nombre refleja lo siguiente:
* Afiliación religiosa: Al ingresar al convento, ella hizo votos de pobreza, castidad y obediencia, lo que significa su compromiso con la vida religiosa. El nuevo nombre simbolizaba esta nueva identidad y su separación de su vida anterior.
* Humilidad y envío: Elegir un nombre religioso era una práctica de humildad, demostrando que la identidad mundana de uno ahora era secundaria a su espiritual.
* Tradición del convento: Las órdenes religiosas a menudo habían establecido tradiciones para nombrar a sus miembros, reflejando su espiritualidad y el santo patrón de la orden.
Es importante recordar que Virginia, o la hermana Maria Celeste, era una figura compleja. Era una mujer brillante que recibió una buena educación y fue una participante activa en el trabajo científico de su padre. Su vida como monja no era necesariamente una vida de supresión, sino una elección consciente que le ofreció un camino hacia la realización intelectual y espiritual.