Las depresiones lunares en forma de cuenco se conocen como cráteres. Los cráteres se forman cuando un objeto, como un meteoroide, un cometa o un asteroide, impacta contra la superficie de la Luna. El impacto crea una onda de choque que hace que el material alrededor del lugar del impacto sea expulsado, formando un cráter. Los cráteres pueden variar en tamaño desde unos pocos metros hasta cientos de kilómetros de diámetro.