La Tercera Ley de Kepler establece que el cuadrado del período orbital de un planeta (P) es proporcional al cubo de su distancia promedio al Sol (r). Matemáticamente se puede expresar como:
$$P^2 =Kr^3$$
Dónde:
- P es el período orbital del planeta en años terrestres.
- r es la distancia promedio del planeta al Sol en unidades astronómicas (AU)
- K es una constante que es igual para todos los planetas del sistema solar.
Esta ley implica que los planetas más alejados del Sol tienen períodos orbitales más largos en comparación con los planetas más cercanos al Sol. Esto se puede observar comparando los períodos orbitales de diferentes planetas de nuestro sistema solar.
- Por ejemplo, Mercurio, que es el planeta más cercano al Sol, tiene un período orbital de unos 0,24 años terrestres (88 días terrestres).
- La Tierra, que es el tercer planeta desde el Sol, tiene un período orbital de aproximadamente 1 año terrestre (365,25 días terrestres).
- Júpiter, que es el quinto planeta desde el Sol, tiene un período orbital de unos 12 años terrestres (4333 días terrestres).
- Neptuno, que es el planeta más alejado del Sol, tiene un período orbital de unos 165 años terrestres (60190 días terrestres).
La relación entre el período orbital y la distancia al Sol descrita por la Tercera Ley de Kepler es un principio fundamental que gobierna el movimiento de los planetas en nuestro sistema solar.