1. Acumulación de paja: Con el tiempo, se puede acumular una capa de paja, que es una capa de materia orgánica compuesta de recortes de césped, tallos y raíces muertos, en el green. Esta capa de paja puede impedir que el agua y los nutrientes lleguen a las raíces del césped, lo que provoca una disminución de la salud y la apariencia del green.
2. Compactación: El tránsito peatonal constante y el mantenimiento de los equipos en un putting green pueden provocar la compactación del suelo. El suelo compactado puede restringir el crecimiento de las raíces y reducir la capacidad del césped para absorber agua y nutrientes. Esto puede provocar que el green se vuelva fino y débil.
3. Enfermedad: Los greens son susceptibles a una variedad de enfermedades, incluidas enfermedades fúngicas como la mancha marrón y la mancha dólar. Estas enfermedades pueden dañar las hojas y raíces del césped, provocando manchas antiestéticas y un deterioro de la salud general del green.
4. Estrés por sequía: Los greens requieren un suministro constante de agua para mantenerse saludables y verdes. Durante períodos de sequía o estrés por calor, el green puede secarse y estresarse. Esto puede hacer que el césped se adelgace y se debilite, y también puede hacerlo más susceptible a las enfermedades.
5. Daños del invierno: En áreas con climas fríos, los greens pueden resultar dañados por las heladas y el hielo. Esto puede hacer que el césped se decolore y se dañe, y también puede provocar la formación de escarcha, que es el levantamiento del suelo debido a la expansión de los cristales de hielo.
Para mantener la salud y la apariencia de los greens, los superintendentes de campos de golf emplean una variedad de prácticas de mantenimiento, que incluyen cortar el césped, regar, fertilizar y airear regularmente. Estas prácticas ayudan a controlar la acumulación de paja, la compactación, las enfermedades y el estrés por sequía, y pueden ayudar a prolongar la vida útil del green.