Con el tiempo, la reproducción sexual se volvió más compleja y diversa, lo que llevó al desarrollo de diferentes sexos, rituales de apareamiento y formas de fertilización. En las plantas, por ejemplo, la polinización permite que el polen de la flor masculina llegue a la flor femenina, lo que da lugar al desarrollo de semillas. En los animales, la reproducción sexual implica la transferencia de espermatozoides del macho a la hembra, ya sea mediante fecundación interna o externa.
Vídeo que demuestra la evolución del sexo.
https://www.youtube.com/watch?v=u1_25_sJ-04
Este notable desarrollo permitió a las especies adaptarse a entornos cambiantes, intercambiar material genético y garantizar la variación genética. La reproducción sexual también condujo a la evolución de estructuras reproductivas, comportamientos e interacciones sociales complejas, que dieron forma a la diversidad de la vida en la Tierra.
Desde las humildes algas rojas hasta las intrincadas estrategias reproductivas de los humanos y otros animales, la historia del sexo ha desempeñado un papel fundamental en la evolución y el éxito de la vida en nuestro planeta.