Alta resolución: El telescopio deberá poder resolver pequeños detalles de la superficie de los planetas, como la presencia de vegetación u otros signos de vida. Esto requerirá una gran apertura y una alta resolución angular.
Amplio campo de visión: El telescopio deberá poder estudiar una gran área del cielo para aumentar las posibilidades de encontrar planetas que puedan albergar vida. Esto requerirá un gran campo de visión.
Sensibilidad: El telescopio deberá poder detectar señales débiles de planetas distantes. Esto requerirá una alta sensibilidad y un bajo nivel de ruido.
Resolución espectral: El telescopio deberá poder medir el espectro de luz de los planetas para identificar la presencia de ciertos gases, como el oxígeno y el metano, que podrían ser indicadores de vida. Esto requerirá una alta resolución espectral.
Imagen polarimétrica: El telescopio deberá poder medir la polarización de la luz de los planetas para detectar la presencia de cierto tipo de partículas, como polvo o hielo, que también podrían ser indicadores de vida. Esto requerirá una alta sensibilidad a la polarización.
Además de estos requisitos técnicos, el telescopio de próxima generación también deberá ubicarse en un lugar muy oscuro y remoto para evitar interferencias de la contaminación lumínica y otras fuentes de ruido.