La presencia de polvo y gas en las ERQ tiene un profundo impacto en el proceso de formación estelar. El polvo absorbe la radiación ultravioleta de las estrellas jóvenes, impidiéndoles ionizar el gas circundante y formar nuevas estrellas. Además, el gas en las ERQ suele ser muy denso, lo que inhibe aún más la formación de estrellas. Como resultado, las ERQ se encuentran a menudo en regiones de sus galaxias anfitrionas donde la formación estelar se ha apagado o extinguido por completo.
Se cree que la extinción de la formación estelar en las ERQ es un factor clave en la evolución de las galaxias. Al prevenir la formación de nuevas estrellas, los ERQ pueden ayudar a transformar galaxias de sistemas de formación de estrellas en sistemas más pasivos, como las galaxias elípticas. Además, la retroalimentación de los ERQ puede calentar el gas circundante y evitar que se enfríe y colapse en nuevas estrellas. Esto puede conducir a la formación de vientos galácticos, que pueden extraer aún más gas de la galaxia e inhibir la formación de estrellas.