Sagitario A* es un agujero negro relativamente tranquilo e inactivo en comparación con los quásares. No cae sobre él una cantidad sustancial de materia y, por lo tanto, no emite la radiación altamente energética ni los fuertes chorros característicos de los quásares.
Para que nuestra galaxia se convierta en un cuásar, sería necesario alinear varios factores, como la acumulación de una gran cantidad de gas en el agujero negro y la presencia de abundante gas interestelar y polvo como combustible. Dadas las condiciones actuales y la comprensión de la evolución de la Vía Láctea, es poco probable que estas condiciones ocurran en el futuro previsible.
La Vía Láctea es una galaxia madura y estable con una población estelar más antigua. Carece de la abundancia de estrellas jóvenes y de las densas nubes de gas que comúnmente se asocian con la actividad de los cuásares. Los cuásares se encuentran principalmente en las primeras etapas de la formación de galaxias y son más frecuentes en el universo distante.
Con base en nuestro conocimiento actual, es seguro decir que la transformación de la Vía Láctea en un cuásar es un escenario extremadamente remoto e improbable.