Esto es lo que sabemos sobre el meteoro:
Tamaño y Composición: Se estimó que el meteoro tenía unos 2 metros (6,5 pies) de diámetro y estaba compuesto principalmente de roca. Se cree que es un fragmento de un asteroide más grande que se desintegró hace millones de años.
Trayectoria e Impacto: El meteoro entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de aproximadamente 72.000 kilómetros por hora (45.000 millas por hora). Viajó a través de la atmósfera durante varios segundos, creando una brillante bola de fuego y un rastro de escombros. El meteoro finalmente se desintegró y no llegó al suelo.
Energía: Se estima que la energía liberada por el meteoro fue de 1.800 toneladas métricas de TNT. Esto equivale a la energía liberada por un gran terremoto o un arma nuclear. La energía del meteoro se liberó en forma de luz, calor y sonido.
Sonido y Luz: El meteoro produjo un fuerte estallido sónico que fue escuchado por la gente de toda la Isla Norte de Nueva Zelanda. El estallido fue provocado por la onda de choque generada por el paso del meteoro a través de la atmósfera. El meteoro también creó un brillante destello de luz que podía verse desde una distancia de cientos de kilómetros.
Reacción pública: La aparición del meteoro causó gran entusiasmo y asombro entre el público. Mucha gente tomó fotografías y videos del evento y los compartió en las redes sociales. El meteoro también generó una considerable cobertura mediática, incluidos informes de todo el mundo.
El meteoro que iluminó el cielo de Nueva Zelanda el 7 de julio de 2023 fue un evento raro y poderoso que sirve como recordatorio del constante bombardeo que enfrenta nuestro planeta por parte de desechos espaciales. Si bien la mayoría de los meteoros son pequeños e inofensivos, algunos más grandes tienen el potencial de causar daños importantes, por lo que es importante que los científicos sigan monitoreando y rastreando estos objetos celestes.