Los científicos creen que Andrómeda y la Vía Láctea eventualmente chocarán, pero actualmente se estima que ocurrirá en unos 4 mil millones de años. Este número proviene de observaciones y cálculos de su trayectoria actual y la distancia entre sí. Sin embargo, las simulaciones sugieren que la colisión podría no ser frontal e incluso podría evitarse por completo. A medida que avanzan la tecnología y el conocimiento astronómico, nuestra comprensión de estos eventos celestes podría evolucionar y en el futuro podrían surgir predicciones más precisas.