La evidencia de un impacto se basa en el descubrimiento de un cráter enterrado debajo de la Península de Yucatán, conocido como cráter Chicxulub. El cráter tiene unos 200 kilómetros (120 millas) de diámetro y se estima que el asteroide que lo creó habría impactado con una fuerza equivalente a 100 millones de megatones de TNT. El impacto habría liberado una enorme cantidad de calor, polvo y escombros a la atmósfera, lo que habría bloqueado el sol y provocado un enfriamiento global.
Además del cráter de Chicxulub, también hay evidencia del impacto en forma de una capa de arcilla rica en iridio que se ha encontrado en todo el mundo. El iridio es un elemento raro que se encuentra en los asteroides y se cree que su presencia en esta capa de arcilla es el resultado del impacto.