El mercurio ingresa a los océanos desde diversas fuentes, incluidas emisiones industriales, actividades mineras y la quema de combustibles fósiles. Una vez en los océanos, el mercurio puede convertirse en metilmercurio, una forma que los organismos vivos absorben más fácilmente.
El metilmercurio puede acumularse en los tejidos de los peces y otros animales marinos. A medida que los peces más grandes se comen a los peces más pequeños, la concentración de mercurio puede aumentar, un proceso conocido como biomagnificación. Esto significa que los principales depredadores de la cadena alimentaria, como los tiburones, el atún y el pez espada, pueden tener niveles muy altos de mercurio.
Cuando los humanos consumen pescado u otros mariscos que contienen mercurio, pueden quedar expuestos a este metal tóxico. El mercurio puede causar una variedad de problemas de salud, que incluyen:
*Daño neurológico
*Daño renal
* Problemas reproductivos
* Defectos de nacimiento
* Retrasos en el desarrollo
El mercurio también es peligroso para el medio ambiente. Puede dañar la vida acuática, incluidos peces, aves y mamíferos marinos. El mercurio también puede contaminar los sedimentos y el agua, haciéndolos inseguros para el uso humano.
Los peligros del mercurio en los océanos son bien conocidos y se están realizando varios esfuerzos para reducir las emisiones de mercurio. Estos esfuerzos incluyen:
* Reducir el uso de mercurio en procesos industriales
* Limpieza de sitios contaminados
* Fomento del uso de fuentes de energía renovables
* Educar al público sobre los peligros del mercurio.
Trabajando juntos, podemos ayudar a reducir la cantidad de mercurio en los océanos y proteger la salud humana y el medio ambiente.