Los ojos ectópicos son ojos que se desarrollan en lugares inusuales, como en la parte posterior de la cabeza o el abdomen. Son raros en humanos, pero relativamente comunes en anfibios y peces.
Los científicos llevan mucho tiempo interesados en los ojos ectópicos porque brindan una oportunidad única para estudiar cómo el cerebro procesa la información visual. En un ojo típico, la retina (el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo) está conectada al cerebro por el nervio óptico. Esta conexión permite que el cerebro reciba información visual del ojo y forme imágenes del mundo.
Sin embargo, en los ojos ectópicos, la retina no está conectada al cerebro. Esto significa que el cerebro no puede recibir información visual directamente del ojo. En cambio, el cerebro debe depender de otras fuentes de información, como el tacto y el olfato, para formar imágenes del mundo.
A pesar de la falta de una conexión directa con el cerebro, los ojos ectópicos todavía pueden ver. Esto se debe a que la retina contiene su propio conjunto de neuronas que son capaces de procesar información visual. Estas neuronas se llaman células ganglionares de la retina.
Las células ganglionares de la retina son capaces de detectar la luz y convertirla en señales eléctricas. Luego, estas señales se envían al cerebro a través del techo óptico, una estructura del mesencéfalo que participa en el procesamiento visual.
El tectum óptico es capaz de utilizar las señales eléctricas de las células ganglionares de la retina para formar imágenes del mundo. Luego, estas imágenes se envían a la corteza cerebral, el nivel más alto del cerebro, donde se procesan e interpretan.
El hecho de que los ojos ectópicos puedan ver sin una conexión directa con el cerebro sugiere que el cerebro no es esencial para la visión. Este es un hallazgo sorprendente, pero es consistente con otras investigaciones que han demostrado que el cerebro no es necesario para muchas otras funciones básicas, como la respiración y la digestión.
La investigación sobre ojos ectópicos tiene implicaciones importantes para nuestra comprensión del cerebro y cómo procesa la información. Demuestra que el cerebro no es la única estructura capaz de procesar información visual. La retina y otras partes del sistema visual también son capaces de realizar algunas de las funciones básicas de la visión.