Uno de los impactos más significativos del huracán Nicole fue la generación de grandes marejadas u olas con largas longitudes de onda y altas amplitudes. Estas olas viajaron a través de la cuenca oceánica y alcanzaron el fondo marino profundo, donde provocaron una importante resuspensión de sedimentos. Este proceso puede tener una serie de efectos negativos en la vida marina, incluida la asfixia de los arrecifes de coral y los lechos de pastos marinos, y la alteración de la cadena alimentaria al alterar la disponibilidad de nutrientes.
Además de la resuspensión de sedimentos, el huracán Nicole también provocó un fuerte afloramiento de agua rica en nutrientes desde las profundidades del océano hasta la superficie. Esta surgencia puede provocar la proliferación de algas nocivas, que pueden producir toxinas perjudiciales para la vida marina y los seres humanos. Además, los fuertes vientos y olas asociados con el huracán pueden dañar o destruir arrecifes de coral, praderas marinas y otros hábitats marinos importantes.
Los impactos del huracán Nicole en las profundidades del océano resaltan la vulnerabilidad de estos ecosistemas a fenómenos climáticos extremos. Dado que se espera que la frecuencia e intensidad de los huracanes aumenten debido al cambio climático, es importante comprender las posibles consecuencias para las profundidades del océano y sus habitantes. Se necesitan más investigaciones para evaluar los efectos a largo plazo de los huracanes en las profundidades del mar y desarrollar estrategias para proteger estos ecosistemas vulnerables.