Según un experto de la NASA, un objeto misterioso que tenía a los astrónomos rascándose la cabeza ha sido identificado como un viejo cohete.
Inicialmente se pensó que el objeto, que fue detectado por primera vez por Catalina Sky Survey en Arizona el 25 de febrero, era un asteroide. Sin embargo, observaciones adicionales realizadas por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA revelaron que el objeto era en realidad un cohete propulsor desechado de una misión de 1966.
El objeto, conocido como WE0913A, fue clasificado inicialmente como un objeto cercano a la Tierra (NEO), lo que significa que se acercó a 48 millones de kilómetros de nuestro planeta. Sin embargo, las observaciones del JPL mostraron que el objeto no estaba en trayectoria para impactar la Tierra.
Desde entonces, el objeto ha sido eliminado de la lista de OCT y ahora está clasificado como basura espacial.
"Esto es un recordatorio de que hay muchos escombros orbitando nuestro planeta", dijo Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra del JPL. "La mayoría de estos escombros son pequeños, pero algunos pedazos pueden ser bastante grandes".
En 2019, un cohete propulsor chino volvió a entrar en la atmósfera de la Tierra y se estrelló en el Océano Índico. El propulsor medía unos 10 metros de largo y pesaba varias toneladas.
Los desechos espaciales son un problema creciente a medida que aumenta el número de satélites y cohetes que se ponen en órbita. Se estima que actualmente hay unos 29.000 fragmentos de escombros de más de 10 centímetros orbitando la Tierra.
Los desechos espaciales pueden representar un riesgo para los satélites y los astronautas, y también pueden interferir con las observaciones científicas.
La NASA está trabajando en varias formas de reducir la cantidad de desechos espaciales, incluido el desarrollo de nuevas tecnologías para rastrear y eliminar desechos.