Un equipo de astrónomos dirigido por el Dr. Bumpei Arinobu del Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) ha descubierto un muñeco de nieve espacial distante que está ayudando a descubrir el misterio de cómo algunos objetos inactivos del espacio profundo se convierten en bombas de hielo.
El objeto, conocido como C/2019 Q4 (Borisov), es un cometa descubierto en agosto de 2019 por Gennady Borisov, un astrónomo aficionado de Crimea. Borisov estaba observando el cielo nocturno con su telescopio de 0,65 metros cuando vio un objeto débil y en movimiento que inicialmente pensó que era una estrella. Sin embargo, observaciones posteriores revelaron que el objeto era en realidad un cometa.
C/2019 Q4 es un cometa de período largo, lo que significa que tarda más de 200 años en orbitar alrededor del Sol. Actualmente se encuentra a unos 350 millones de kilómetros de la Tierra y se dirige hacia el Sol. Se espera que el cometa se acerque más al Sol en diciembre de 2022.
Las observaciones del C/2019 Q4 han revelado que se trata de un objeto muy inusual. Tiene un núcleo muy pequeño, que mide sólo alrededor de 1 kilómetro de diámetro. El cometa también tiene una coma muy grande y difusa, que está formada por gas y polvo expulsados del núcleo.
La característica más inusual del C/2019 Q4 es su doble núcleo. Esta es la primera vez que se observa un cometa con dos núcleos. Los dos núcleos están separados por unos 20 kilómetros y se cree que son fragmentos de un cometa más grande que se rompió en el pasado.
El descubrimiento de C/2019 Q4 está ayudando a arrojar luz sobre el misterio de cómo algunos objetos inactivos del espacio profundo se convierten en bombas de hielo. Se cree que cometas como C/2019 Q4 nacen en los confines del Sistema Solar, donde permanecen inactivos durante millones de años. Sin embargo, cuando son perturbados por una estrella o un planeta que pasa, pueden ser expulsados de sus órbitas y enviados a toda velocidad hacia el Sol. A medida que se acercan al Sol, los cometas comienzan a calentarse y a liberar gas y polvo, que forman la coma. Si el cometa se acerca demasiado al Sol, puede destruirse por completo, liberando una enorme cantidad de hielo y polvo al espacio.
El descubrimiento del C/2019 Q4 es un recordatorio de que el Sistema Solar es un lugar dinámico y en constante cambio. También es un recordatorio de que todavía quedan muchos misterios por resolver sobre los objetos que habitan nuestro vecindario cósmico.