La textura de la superficie de la plata también afecta a su reflectividad. Una superficie plateada lisa y pulida tendrá una mayor reflectividad que una superficie plateada rugosa y texturizada. Esto se debe a que la superficie lisa refleja la luz de manera más uniforme, mientras que la superficie rugosa la dispersa en diferentes direcciones.
La plata es un buen reflector de la luz porque tiene una alta conductividad eléctrica. Esto significa que los electrones de los átomos de plata pueden moverse libremente y pueden responder al campo eléctrico oscilante de las ondas de luz. Los electrones de los átomos de plata absorben la energía luminosa y luego la reemiten en todas direcciones, lo que da como resultado una alta reflectividad.