La pegajosidad de la miel no tiene nada que ver con la estructura de sus átomos. De hecho, la mayoría de los átomos no son nada pegajosos. Es la estructura molecular única de la miel la que le da su viscosidad característica. La miel se compone de una mezcla de diferentes moléculas de azúcar, incluidas la glucosa, la fructosa y la sacarosa. Estas moléculas de azúcar están unidas entre sí de una manera compleja que crea una estructura tridimensional que atrapa moléculas de agua líquida y de azúcar en su interior. Esta estructura de red aumenta la resistencia de la miel a fluir y la vuelve viscosa.
Entonces, la próxima vez que tengas miel en los dedos, recuerda que no son los átomos los que son pegajosos, es la estructura molecular única de la miel la que la mantiene adherida a tu piel.