Si bien los átomos alcalinotérreos como el berilio, el calcio y el estroncio se utilizan en la ciencia de la información cuántica, se los considera más comúnmente para el procesamiento cuántico que para la computación cuántica. Son los metales alcalinos, con excepción del litio, los que han ganado más fuerza como candidatos prometedores para la computación cuántica. Elementos como el sodio, el potasio, el rubidio y el cesio ofrecen distintas ventajas, como estados cuánticos bien controlados, compatibilidad con puertas lógicas cuánticas y tiempos de coherencia más largos. Destacan especialmente en arquitecturas de computación cuántica de átomos neutros.