Después del tiroteo en Newtown, los legisladores propusieron varias medidas de control de armas, incluidas verificaciones de antecedentes más estrictas, cerrar las lagunas que permiten la venta privada de armas sin verificación de antecedentes, una prohibición de las armas de asalto y una prohibición de los cargadores de alta capacidad. Sin embargo, estas propuestas han enfrentado desafíos, particularmente debido a la fuerte oposición de grupos pro derechos de armas y algunos legisladores.
En los años transcurridos desde Newtown, ha habido cambios incrementales en la legislación de control de armas a nivel federal y estatal. Algunos estados, como California y Connecticut, han implementado regulaciones más estrictas sobre la posesión de armas y la verificación de antecedentes. La administración Obama también tomó algunas medidas para ampliar las verificaciones de antecedentes y regular los amortiguadores, dispositivos que permiten que los rifles semiautomáticos disparen más rápidamente.
Sin embargo, la legislación integral sobre control de armas no ha logrado ganar terreno a nivel federal. Las propuestas legislativas para reformas significativas del control de armas a menudo han sido estancadas o bloqueadas por la oposición en el Senado, donde hay una falta de consenso y la amenaza de obstruccionismo por parte de quienes se oponen a las medidas de control de armas.
Las divisiones dentro del panorama público y político estadounidense con respecto al control de armas han contribuido a los desafíos para promulgar una legislación integral. Los partidarios del control de armas defienden la necesidad de reducir la violencia armada y mejorar la seguridad pública, citando estadísticas y pruebas del daño causado por las armas de fuego. Creen que medidas más estrictas de control de armas pueden salvar vidas y prevenir tiroteos masivos.
Quienes se oponen a medidas más estrictas de control de armas enfatizan la importancia de los derechos individuales, como se expresa en la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que protege el derecho a portar armas. Argumentan que las restricciones a la posesión de armas infringen estos derechos y que los ciudadanos respetuosos de la ley no deberían ser penalizados por las acciones de delincuentes o enfermos mentales.
La influencia de grupos y organizaciones que defienden el derecho a portar armas, como la Asociación Nacional del Rifle (NRA), también ha desempeñado un papel en la dinámica de los debates sobre el control de armas y en la configuración del discurso público sobre el tema.
En resumen, si bien la tragedia de Newtown puso de relieve la legislación sobre control de armas, el progreso en reformas sustanciales a nivel federal ha sido limitado. Se han producido cambios graduales a nivel estatal, pero la legislación federal integral ha enfrentado obstáculos importantes debido a las divisiones políticas, la fuerte oposición de los grupos pro armas y las complejidades del proceso legislativo. La cuestión del control de armas sigue siendo un tema complejo y polémico en Estados Unidos, con debates en curso sobre cómo equilibrar los derechos individuales, la seguridad pública y el mejor enfoque para prevenir tragedias relacionadas con las armas.