Los nanocables de ADN se construyen ordenando las moléculas de ADN en una configuración específica que permite el transporte de cargas eléctricas. En el estudio, los investigadores utilizaron una técnica llamada "origami de ADN" para crear estos nanocables, que implicaba doblar moléculas de ADN monocatenarias en la forma deseada y luego unirlas a una superficie de oro.
Se descubrió que los nanocables de ADN resultantes eran altamente conductores, con una resistencia de sólo unos pocos cientos de ohmios. Esto es comparable a la resistencia de los nanocables de cobre, que se utilizan habitualmente en electrónica. Los investigadores también demostraron que los nanocables de ADN podrían usarse para crear transistores, los componentes fundamentales de las computadoras.
La capacidad de conducir electricidad utilizando nanocables basados en ADN tiene importantes implicaciones para el futuro de la informática. El ADN es una molécula versátil que puede manipularse y programarse fácilmente, lo que lo convierte en un material atractivo para la construcción de dispositivos nanoelectrónicos. Además, el ADN es naturalmente biodegradable y biocompatible, lo que podría permitir el desarrollo de productos electrónicos más biocompatibles y respetuosos con el medio ambiente.
Sin embargo, todavía existen desafíos importantes que deben superarse antes de que los nanocables de ADN puedan usarse en aplicaciones prácticas. Un desafío es la necesidad de mejorar la estabilidad de los nanocables de ADN, ya que son susceptibles a la degradación por enzimas y otros factores ambientales. Otro desafío es la necesidad de desarrollar métodos para producir en masa nanocables de ADN de manera rentable.
A pesar de estos desafíos, la demostración exitosa de la conducción eléctrica utilizando nanocables basados en ADN representa un paso prometedor hacia la realización de computadoras y otros dispositivos nanoelectrónicos basados en ADN. A medida que avanza la investigación en este campo, podemos esperar ver más avances e innovaciones que nos acerquen a la era de la computación genética.