Resumen:
El infarto de miocardio (IM), comúnmente conocido como ataque cardíaco, es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. El daño isquémico durante el infarto de miocardio da como resultado una pérdida irreversible de cardiomiocitos, lo que provoca deterioro de la función cardíaca e insuficiencia cardíaca. Las estrategias de tratamiento actuales tienen como objetivo restaurar el flujo sanguíneo y limitar el tamaño del infarto, pero a menudo no abordan las consecuencias a largo plazo del IM. Los nanomateriales biomiméticos se han convertido en candidatos prometedores para la reparación del miocardio debido a su capacidad para imitar la matriz extracelular natural (MEC), proporcionar soporte estructural y promover la regeneración de tejidos.
En este estudio preclínico, investigamos la eficacia de las nanofibras biomiméticas compuestas de péptidos autoensamblados para minimizar el daño miocárdico después de un infarto de miocardio. Nuestra hipótesis es que estas nanofibras podrían proporcionar un soporte para la supervivencia de los cardiomiocitos, reducir la inflamación y promover la angiogénesis, preservando así la función cardíaca.
Métodos:
Se utilizó un modelo murino de IM para evaluar los efectos de las nanofibras biomiméticas. Los animales fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos:MI control y MI con tratamiento con nanofibras. Las nanofibras se administraron directamente a la zona del infarto mediante inyección intramiocárdica. La función cardíaca se evaluó mediante ecocardiografía al inicio del estudio, 1 semana y 4 semanas después del IM. El tamaño del infarto, la respuesta inflamatoria y la angiogénesis se evaluaron mediante análisis histológicos e inmunohistoquímicos.
Resultados:
Las nanofibras biomiméticas redujeron significativamente el tamaño del infarto, preservaron la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y mejoraron la función cardíaca en comparación con el grupo de control con IM. Además, las nanofibras promovieron la supervivencia de los cardiomiocitos, redujeron la inflamación y estimularon la angiogénesis dentro de la zona del infarto. Estos efectos beneficiosos se atribuyeron a las propiedades biomiméticas de las nanofibras, que proporcionaban un microambiente favorable para la regeneración de tejidos.
Conclusiones:
Nuestro estudio demuestra el potencial de los nanomateriales biomiméticos para mitigar el daño miocárdico y preservar la función cardíaca después de un infarto de miocardio. Al imitar la ECM nativa, estas nanofibras ofrecen un enfoque terapéutico prometedor para mejorar los resultados a largo plazo en pacientes con IM. Se necesitan más estudios para evaluar la seguridad y eficacia de estos nanomateriales en modelos animales más grandes y ensayos clínicos.