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  • Los biólogos encuentran nanoplásticos en el corazón de pollo en desarrollo

    Una imagen de un corazón de pollo con nanoplásticos fluorescentes. Créditos:Wang et al (2024)

    Los nanoplásticos pueden acumularse en los corazones en desarrollo, según un estudio publicado en Environment International por el biólogo Meiru Wang de la Universidad de Leiden. Su investigación sobre embriones de pollo arroja nueva luz sobre cómo estas diminutas partículas de plástico representan una amenaza para nuestra salud.



    Vasos desechables, bolsas de plástico y material de embalaje:Los plásticos expuestos a los elementos se vuelven quebradizos con el tiempo y comienzan a desprender pequeñas partículas de su superficie hacia la naturaleza. Estas partículas pueden tener un tamaño tan pequeño como unos pocos nanómetros.

    Hoy en día se pueden encontrar estos nanoplásticos en todas partes:en el mar, en el suelo, en la cadena alimentaria... "Y en nuestra sangre", dice Wang. "Se han encontrado nanoplásticos incluso en placentas humanas."

    Esto llevó a Wang a pensar:¿Qué sucede cuando esos nanoplásticos terminan en la sangre del embrión?

    "Durante un estudio anterior, descubrimos que una alta concentración de nanoplásticos puede causar malformaciones en el corazón, los ojos y el sistema nervioso de los embriones de pollo. Pero para una comprensión más completa de la toxicidad de los nanoplásticos, primero necesitamos más información sobre cómo se comportan. se propaga desde la sangre al resto del cuerpo."

    Ese conocimiento también será informativo en nanomedicina, donde los científicos pretenden utilizar nanoplásticos (y otras nanopartículas) como vehículos para la administración de medicamentos.

    Wang y sus colegas administraron nanopartículas de poliestireno directamente en el torrente sanguíneo de embriones de pollo. Wang dice:"Los embriones de pollo son un modelo ampliamente utilizado para la investigación sobre el crecimiento y el desarrollo. En los mamíferos, es mucho más difícil administrar sustancias o tomar medidas porque sus embriones se desarrollan dentro del útero de la madre".

    Como las nanopartículas son tan pequeñas, es imposible verlas con microscopios convencionales. Por lo tanto, Wang y sus colegas etiquetaron las nanopartículas con fluorescencia o europio, un metal raro que no está presente de forma natural en el cuerpo humano.

    Wang afirma:"Descubrimos que los nanoplásticos pueden atravesar las paredes de los vasos sanguíneos y que se acumulan en niveles relativamente altos en el corazón, el hígado y los riñones. Algunos nanoplásticos se excretan a través de los riñones".

    Curiosamente, los investigadores también encontraron nanoplásticos en las almohadillas avasculares del corazón:un tipo de tejido cardíaco sin vasos sanguíneos. "Creemos que los nanoplásticos podrían ingresar al corazón a través del fenestrato. Estas son pequeñas aberturas dentro del tejido cardíaco en desarrollo que desempeñan un papel en la formación y remodelación de la estructura del corazón durante el desarrollo", dice Wang. Estas fenestraciones son estructuras temporales que normalmente se cierran a medida que el corazón madura.

    "Ahora que sabemos cómo se propagan estos nanoplásticos, podemos empezar a investigar los riesgos para la salud", afirma Wang. Y las perspectivas no son necesariamente buenas. "Ya hay investigaciones que relacionan las nanopartículas con un mayor riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Especialmente durante la etapa de desarrollo, las nanopartículas podrían ser potencialmente bastante peligrosas.

    "Gracias a nuestros resultados, ahora entendemos que no debemos administrar nanomedicamentos a mujeres embarazadas de forma indiscriminada, ya que existe el riesgo de que las nanopartículas puedan alcanzar y afectar los órganos en desarrollo de sus bebés".

    Más información: Meiru Wang et al, La biodistribución de nanopartículas de poliestireno administradas por vía intravenosa en el embrión de pollo, Environment International (2024). DOI:10.1016/j.envint.2024.108723

    Información de la revista: Medio Ambiente Internacional

    Proporcionado por la Universidad de Leiden




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