Las moléculas de ADN proporcionan el "código fuente" de la vida en los seres humanos, plantas animales y algunos microbios. Pero ahora los investigadores informan de un estudio inicial que muestra que las hebras también pueden actuar como un pegamento para unir materiales impresos en 3D que algún día podrían usarse para hacer crecer tejidos y órganos en el laboratorio. Esta demostración única de este proceso económico se describe en la nueva revista ACS Ciencia e ingeniería de biomateriales .
Andrew Ellington y sus colegas explican que, aunque los investigadores han utilizado ácidos nucleicos como el ADN para ensamblar objetos, la mayoría de estos son de tamaño nanométrico, tan pequeños que los humanos no pueden verlos a simple vista. Haciéndolos más grandes, objetos visibles tiene un costo prohibitivo. Los métodos actuales tampoco permiten mucho control o flexibilidad en los tipos de materiales que se crean. Superar estos desafíos podría tener una gran recompensa:la capacidad de fabricar tejidos para reparar lesiones o incluso crear órganos para los miles de pacientes que necesitan trasplantes de órganos. Teniendo esto en cuenta, El grupo de Ellington se propuso crear un material más asequible unido al ADN.
Los investigadores desarrollaron nanopartículas recubiertas de ADN hechas de poliestireno o poliacrilamida. La unión del ADN adhirió estas nanopartículas económicas entre sí, formando materiales similares a un gel que podrían extruir desde una impresora 3-D. Los materiales eran fáciles de ver y podían manipularse sin microscopio. El adhesivo de ADN también permitió a los investigadores controlar cómo se unían estos geles. Demostraron que las células humanas podían crecer en los geles, que es el primer paso hacia el objetivo final de utilizar los materiales como andamios para tejidos en crecimiento.