La Tierra gira sobre su eje debido a la conservación del momento angular. Durante su formación, la materia que se unió para formar la Tierra se distribuyó en forma de disco, con un ligero abultamiento en el ecuador y un aplanamiento en los polos. A medida que este disco giraba, la conservación del momento angular dictaba que su velocidad de rotación tenía que aumentar a medida que disminuía su tamaño. Esto significa que cuando la nube de gas y polvo a partir de la cual se formó la Tierra colapsó bajo su propia gravedad, su velocidad de rotación tuvo que aumentar para conservar el momento angular. Como resultado, la Tierra se solidificó formando una esfera, conservando la rápida rotación que había adquirido durante su formación.