Un objeto lanzado desde un avión estacionario no caerá directamente hacia abajo, sino que seguirá una trayectoria curva debido a la rotación de la Tierra. Esto se debe a que el objeto, cuando se suelta del avión, inicialmente tendrá la misma velocidad que el propio avión. A medida que el objeto cae, la superficie de la Tierra se moverá debajo de él, lo que hará que se mueva tanto horizontal como verticalmente. Por lo tanto, la trayectoria del objeto será una combinación de movimiento vertical y horizontal, lo que dará como resultado una trayectoria curva. Este efecto se conoce como efecto Coriolis.
La magnitud del efecto Coriolis depende de la latitud a la que se suelta el objeto. En el ecuador, el efecto Coriolis es cero, por lo que un objeto lanzado desde un avión caerá hacia abajo. Sin embargo, a medida que nos alejamos del ecuador, el efecto Coriolis se vuelve más fuerte. Esto significa que un objeto lanzado desde un avión en una latitud más alta experimentará una mayor desviación de la vertical, lo que resultará en una trayectoria más curva.