1. Energía potencial:
- Cuanto más alto se deja caer la pelota, mayor es la energía potencial que gana. La energía potencial es la energía almacenada debido a la posición o altura del objeto.
2. Conversión de Energía:
- Cuando la pelota cae, su energía potencial se convierte en energía cinética, que es la energía del movimiento. Cuanto mayor sea la energía potencial inicial, mayor será la energía cinética que tendrá la pelota justo antes del impacto.
3. Velocidad de impacto:
- La velocidad de impacto, que es la velocidad con la que la pelota golpea el suelo, aumenta a medida que aumenta la altura. Una mayor velocidad de impacto conduce a un rebote más contundente.
4. Deformación y Restitución:
- Cuando la pelota golpea el suelo, se deforma momentáneamente y la energía se almacena como energía potencial elástica dentro del material de la pelota. La elasticidad de la pelota (coeficiente de restitución) determina la eficacia con la que puede recuperar su forma y liberar la energía almacenada. Una pelota más elástica rebotará más alto que una pelota menos elástica.
5. Pérdida de energía y amortiguación:
- Parte de la energía se pierde durante el impacto debido a factores como la fricción, el sonido y la generación de calor. Esta pérdida de energía contribuye a que la pelota no rebote hasta su altura original. La cantidad de energía perdida depende del material de la pelota y de la superficie en la que rebota.
6. Altura alcanzada:
- La combinación de velocidad de impacto, restitución y pérdida de energía determina la altura que alcanza la pelota tras el rebote. Una altura inicial más alta, una mayor elasticidad y una menor pérdida de energía dan como resultado un mayor rebote.
7. Múltiples rebotes:
- Cada rebote posterior será más bajo que el anterior debido a la pérdida continua de energía. Al final, la pelota perderá toda su energía y quedará en reposo.
En resumen, dejar caer una pelota desde una altura mayor aumenta la velocidad del impacto y la energía potencial disponible para el rebote. Sin embargo, las pérdidas de energía y los mecanismos de amortiguación reducen la altura de cada rebote sucesivo hasta que la pelota finalmente pierde toda su energía.