El cambio físico que se produce cuando se toca la cuerda de una guitarra es que la cuerda se estira y luego se suelta. Esto hace que la cuerda vibre hacia adelante y hacia atrás, lo que crea las ondas sonoras. Las ondas sonoras viajan por el aire y llegan a los oídos, donde se convierten en señales eléctricas que el cerebro interpreta como sonido.
Además del cambio físico de la cuerda que vibra, también se produce un cambio químico. Cuando se puntea la cuerda, las moléculas de la cuerda chocan entre sí, lo que genera calor. Este calor hace que las moléculas de la cuerda se muevan más rápido, lo que aumenta la frecuencia de la vibración y el tono del sonido.