Cuando se pulsa una cuerda de metal, ésta vibra. Estas vibraciones crean ondas sonoras que viajan a través de la cuerda. Las vibraciones de la cuerda hacen que vibren las moléculas de aire alrededor de la cuerda. Estas moléculas de aire vibrantes chocan con otras moléculas de aire, provocando que vibren. Este proceso continúa, creando una onda sonora que viaja por el aire.
La velocidad del sonido en el metal es mucho más rápida que la velocidad del sonido en el aire. Esto se debe a que el metal es un material más denso que el aire. Cuanto más denso es el material, más rápido lo atraviesan las ondas sonoras.
La velocidad del sonido en el metal es de aproximadamente 5.960 metros por segundo (19.554 pies por segundo). Esto es aproximadamente 15 veces más rápido que la velocidad del sonido en el aire, que es de aproximadamente 343 metros por segundo (1125 pies por segundo).
La capacidad del sonido para viajar a través del metal es importante para muchas aplicaciones. Por ejemplo, las cuerdas de metal se utilizan en instrumentos musicales porque producen un sonido claro y fuerte. Las tuberías metálicas también se utilizan para transportar agua y gas porque son resistentes y duraderas, y pueden transportar ondas sonoras a largas distancias.