Para entender este concepto, consideremos el principio básico de los paseos en globo aerostático. Un globo aerostático es una nave más ligera que el aire que se eleva debido a la diferencia de densidad entre el aire dentro del globo y el aire circundante.
El aire dentro del globo se calienta, lo que hace que sus moléculas se muevan más rápido y se expandan. Esto da como resultado una disminución en la densidad del aire, haciéndolo menos pesado en comparación con el aire más denso y frío fuera del globo. En consecuencia, el globo flota hacia arriba a medida que el aire cálido menos denso del interior ejerce una fuerza de flotación que contrarresta el peso del globo y su carga útil.
La relación entre densidad y vuelo se puede explicar utilizando el principio de Arquímedes, que establece que la fuerza de flotación que actúa sobre un objeto sumergido en un fluido es igual al peso del fluido desplazado por el objeto. En este caso, el fluido es el aire circundante y el objeto es el globo aerostático.
Entonces, a medida que el aire caliente dentro del globo hace que la densidad del aire disminuya, la fuerza de flotación que actúa sobre el globo aumenta, permitiéndole ascender más en la atmósfera.
Vale la pena señalar que la efectividad del vuelo de un globo aerostático está influenciada por varios factores, incluida la diferencia de temperatura entre el aire dentro y fuera del globo, la forma y el tamaño del globo y las condiciones atmosféricas. Sin embargo, el concepto fundamental sigue siendo que cuanto menor sea la densidad del aire dentro del globo en comparación con el aire circundante, más alto se elevará el globo.