El secreto reside en una proteína especial llamada "hemoglobina". La hemoglobina es una proteína que también se encuentra en la sangre humana y se encarga de transportar oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo. Sin embargo, la hemoglobina de las orugas es diferente de la hemoglobina de los humanos. La hemoglobina de la oruga es mucho más eficaz para coagular la sangre y, por tanto, detiene el sangrado mucho más rápido.
Cuando una oruga se lesiona, la hemoglobina rápidamente entra en contacto con el aire y luego reacciona con una sustancia química llamada "quitosano". Esta reacción hace que la hemoglobina forme un gel que tapa la herida y previene un mayor sangrado. Este gel también atrapa bacterias y otras sustancias nocivas que pueden provocar infecciones.
Además de la hemoglobina, las orugas también producen otras proteínas que ayudan a detener el sangrado. Una de estas proteínas se llama "factor XI de coagulación", que es esencial para el proceso de coagulación de la sangre. Otra proteína llamada "trombina" también desempeña un papel en la coagulación de la sangre. Juntas, estas proteínas trabajan juntas para crear una barrera que previene un mayor sangrado y ayuda a la oruga a sanar.
Los científicos están estudiando la asombrosa capacidad de las orugas para detener hemorragias con la esperanza de desarrollar nuevos tratamientos para las lesiones humanas. Estos tratamientos podrían ayudar potencialmente a reducir la pérdida de sangre y salvar vidas en casos de traumatismos graves.