Por ejemplo, una pequeña bala disparada con una pistola provocará un pequeño agujero en una hoja de papel. Una bala más grande, o una disparada con un arma más potente, provocará un agujero más grande. Un proyectil disparado a alta velocidad causará más daño que uno disparado a baja velocidad. Y un proyectil disparado contra un material más duro causará más daño que uno disparado contra un material más blando.
En algunos casos, es posible minimizar el daño causado por un proyectil utilizando un tipo especial de proyectil o disparándolo en un ángulo específico. Sin embargo, es imposible eliminar por completo el riesgo de daños.