En el caso de los milpiés, no tienen la misma capacidad para doblar el cuerpo de la misma forma que los jugadores de fútbol. Los milpiés tienen múltiples segmentos corporales, lo que les permite moverse de varias maneras, incluso acurrucarse o enrollarse cuando se sienten amenazados. Sin embargo, no tienen la capacidad de controlar la dirección de un proyectil como lo haría un jugador de fútbol con la trayectoria de un balón de fútbol.