Comprar gangas puede ser un rasgo familiar, pero no siempre es así. Algunas familias pueden tener una cultura de ahorro y conciencia de valores que se transmite de generación en generación, mientras que otras pueden estar más centradas en la comodidad o la conveniencia. Que las compras a buen precio se conviertan o no en un rasgo familiar depende de una combinación de factores, incluidos los valores culturales, las preferencias personales y las circunstancias económicas.