Las políticas contra los parches a menudo se consideran una forma de disuadir la actividad de las pandillas al hacer que sea más difícil para sus miembros identificarse y asociarse entre sí. Sin embargo, estas políticas en realidad pueden tener el efecto contrario, facilitando el reclutamiento y la operación de las pandillas.
1. Crean un sentido de solidaridad entre los pandilleros. Cuando los pandilleros se ven obligados a ocultar sus colores y símbolos, se crea un sentido de camaradería y solidaridad entre ellos. Esto puede hacer que sea más probable que se mantengan unidos y se apoyen mutuamente, incluso ante la adversidad.
2. Hacen que sea más difícil para las autoridades identificar a los miembros de pandillas. Cuando los miembros de una pandilla no usan parches u otros marcadores de identificación, a las autoridades les resulta más difícil rastrearlos y responsabilizarlos por sus acciones. Esto puede facilitar que las pandillas operen desapercibidas y cometan delitos con impunidad.
3. Pueden provocar un aumento de la violencia. Cuando los pandilleros se ven obligados a ocultar su identidad, pueden volverse más paranoicos y agresivos. Esto puede conducir a un aumento de la violencia dentro y entre las pandillas, así como contra transeúntes inocentes.
En lugar de centrarse en políticas anti-parches, las autoridades y los formuladores de políticas deberían centrarse en estrategias basadas en evidencia que han demostrado reducir la actividad de las pandillas. Estas estrategias incluyen:
1. Policía comunitaria: Construir relaciones entre las fuerzas del orden y las comunidades a las que sirven es esencial para reducir la actividad de las pandillas. Los programas de vigilancia comunitaria pueden ayudar a identificar a posibles miembros de pandillas e intervenir antes de que se unan a una pandilla. También pueden ayudar a generar confianza entre las autoridades y la comunidad, lo que puede facilitar que las autoridades investiguen y enjuicien delitos relacionados con pandillas.
2. Educación y formación laboral: Brindar oportunidades de educación y capacitación laboral a jóvenes en riesgo puede ayudar a reducir la probabilidad de que se unan a una pandilla. Al brindarles a los jóvenes las habilidades que necesitan para tener éxito, es menos probable que recurran al crimen como forma de ganar dinero.
3. Programas de intervención y tratamiento: Los programas de intervención y tratamiento pueden ayudar a rehabilitar a los miembros de pandillas y evitar que reincidan. Estos programas pueden brindar asesoramiento, educación y capacitación laboral para ayudar a los pandilleros a cambiar sus vidas.
Al centrarse en estas estrategias basadas en evidencia, las autoridades y los formuladores de políticas pueden reducir la actividad de las pandillas y hacer que las comunidades sean más seguras.