1. Gravedad: La fuerza principal en el juego es la gravedad. Las frutas y las hojas están unidas a las ramas mediante una conexión relativamente débil, llamada pecíolo para hojas y un tallo para las frutas. Cuando el árbol se agita, la fuerza de la gravedad se extiende sobre estas estructuras, superando la fuerza de retención de la conexión.
2. Debilitamiento del apego: El pecíolo o el tallo se debilita con el tiempo, especialmente a medida que la fruta madura o la hoja envejece. Este debilitamiento los hace más susceptibles a separarse cuando se agita.
3. Resistencia al viento: Las hojas, especialmente las hojas anchas, están diseñadas para atrapar el viento y moverse. Cuando se agita un árbol, la resistencia del viento en las hojas puede amplificar la fuerza de temblor, lo que hace que se separen.
4. Estrés mecánico: El temblor en sí crea estrés mecánico en las ramas y las hojas, lo que puede debilitar los accesorios y hacer que se rompan.
5. Mecanismo de dispersión natural: Para algunos árboles, el temblor puede ser un mecanismo de dispersión natural para sus semillas. El viento puede llevar las semillas más lejos del árbol principal, aumentando las posibilidades de germinación exitosa.
Es importante tener en cuenta: Si bien sacudir un árbol puede hacer que las frutas y las hojas caigan, hacerlo en exceso puede dañar el árbol. Es mejor evitar sacudir árboles a menos que sea necesario.