* corteza gruesa: Una gruesa capa de corteza actúa como aislamiento, protegiendo los tejidos vivos debajo del calor del fuego. Esto es común en árboles como robles y pinos ponderosa.
* brotes subterráneos: Algunos árboles de las praderas tienen brotes ubicados debajo del suelo, lo que les permite volver a preparar incluso si se quema la porción sobre el suelo. Esto se ve en especies como Langust Black y Aspen.
* Semillas resistentes al fuego: Los árboles de las praderas a menudo tienen semillas que pueden sobrevivir al intenso calor de un fuego y germinar después. Algunas especies, como el pino Lodgepole, incluso requieren fuego para abrir sus conos y liberar semillas.
* raíces poco profundas: Si bien esto puede parecer contradictorio, las raíces poco profundas pueden ayudar a un árbol a recuperarse más rápidamente después de un incendio al permitirle acceder a nutrientes y agua cerca de la superficie.
Es importante tener en cuenta que las adaptaciones específicas variarán según el tipo de árbol de la pradera y la frecuencia e intensidad de los incendios en el área.