El agua es esencial para la vida por varias razones, pero una importante es su papel como disolvente universal. Esta propiedad permite que el agua disuelva diversas sustancias, incluidos nutrientes, minerales, gases y productos de desecho, y los transporte por todo el cuerpo. Las sustancias disueltas se pueden utilizar para diversos procesos biológicos y los productos de desecho se pueden eliminar de forma eficaz. La capacidad del agua para actuar como disolvente la hace crucial para mantener las funciones celulares, los procesos metabólicos y la homeostasis en los organismos vivos. Sin agua como disolvente, muchas de las reacciones y procesos de transporte cruciales necesarios para la vida no serían posibles.