1. Variación:dentro de una población de organismos, existe una variación natural en los rasgos. Esta variación puede atribuirse a diferencias genéticas, mutaciones o factores ambientales.
2. Herencia:los rasgos que son ventajosos o beneficiosos para la supervivencia y reproducción de un organismo tienen más probabilidades de transmitirse a la descendencia. Esto se debe a que los individuos con rasgos favorables tienen mayores posibilidades de sobrevivir y producir más descendencia, transmitiendo así sus genes a la siguiente generación.
3. Selección:El entorno actúa como una fuerza selectiva, favoreciendo a los individuos con rasgos beneficiosos. Los organismos que están mejor adaptados a su entorno tienen mayores posibilidades de supervivencia y reproducción exitosa. Con el tiempo, este proceso conduce a la acumulación de rasgos ventajosos dentro de una población, mientras que los rasgos menos ventajosos se eliminan gradualmente.
En esencia, el principio de selección natural de Darwin impulsa el proceso de evolución. Explica cómo las poblaciones de organismos cambian a lo largo de generaciones en respuesta a presiones ambientales y fuerzas selectivas. Como resultado, las poblaciones se adaptan mejor a sus entornos específicos, lo que resulta en la diversificación de especies y la formación de nuevos linajes. El principio de Darwin sigue siendo una piedra angular de la biología evolutiva y proporciona un marco para comprender la complejidad y diversidad de la vida en la Tierra.