Pared celular de celulosa: Las algas poseen una pared celular hecha de celulosa, un material resistente y flexible que proporciona soporte estructural y protección contra daños mecánicos. Esta pared celular también ayuda a mantener la forma y la integridad de las células.
Clorofila y pigmentos accesorios: Las algas contienen clorofila a, un pigmento esencial para la fotosíntesis. También pueden tener otros pigmentos accesorios como clorofila b, carotenoides y ficobilinas, que les permiten capturar un espectro más amplio de energía luminosa y optimizar la fotosíntesis en diferentes condiciones de luz.
Pirenoides y almacenamiento de almidón: Dentro de las células de las algas, los pirenoides son estructuras especializadas donde se produce la fijación de dióxido de carbono durante la fotosíntesis. Estas estructuras ayudan a concentrar el dióxido de carbono y facilitan la producción de carbohidratos, como el almidón, como reserva energética.
Flagelos y Cilios: Muchas algas tienen flagelos o cilios, que son estructuras en forma de látigos que les permiten moverse y dispersarse en el agua. Las algas móviles pueden ajustar su posición para acceder a condiciones de luz óptimas para la fotosíntesis y evitar ambientes desfavorables.
Vacuolas de gas: Algunas algas, particularmente las de forma planctónica, poseen vacuolas gaseosas. Estas vacuolas están llenas de gas y proporcionan flotabilidad, lo que ayuda a las algas a flotar y a mantener su posición en la columna de agua, donde pueden acceder a la luz solar.
Adaptaciones a Condiciones Extremas: Algunas algas están adaptadas a ambientes extremos, como temperaturas altas o bajas, alta salinidad o condiciones ácidas. Es posible que posean vías bioquímicas, enzimas o estructuras protectoras únicas que les permitan resistir y prosperar en estas duras condiciones.
Relaciones simbióticas: Ciertas especies de algas forman asociaciones simbióticas con otros organismos, como corales, hongos e invertebrados. Estas asociaciones simbióticas brindan beneficios mutuos, incluido el intercambio de nutrientes, refugio y un mejor acceso a la luz solar, lo que mejora la supervivencia y la aptitud de ambos socios.
En general, las algas exhiben notables adaptaciones a sus entornos, lo que les permite prosperar en diversos hábitats. Estas adaptaciones han permitido que las algas desempeñen funciones ecológicas cruciales, contribuyendo al ciclo de nutrientes, al secuestro de carbono y apoyando la cadena alimentaria en ecosistemas acuáticos y terrestres.