Los seres vivos tienen ciertas características que los distinguen de los seres no vivos. Estas características incluyen:
Organización: Los seres vivos están altamente organizados, con estructuras y sistemas especializados que trabajan juntos para mantener la homeostasis y llevar a cabo procesos vitales. Los seres no vivos, por otra parte, suelen estar compuestos de materia simple y desorganizada.
Metabolismo: Los seres vivos absorben energía y la utilizan para crecer, reproducirse y mantenerse. Los seres no vivos no metabolizan la energía.
Crecimiento: Los seres vivos crecen y se desarrollan con el tiempo. Los seres no vivos no crecen.
Reproducción: Los seres vivos se reproducen, creando nuevos individuos de la misma especie. Los seres no vivos no se reproducen.
Respuesta a los estímulos: Los seres vivos responden a los estímulos de su entorno. Los seres no vivos no responden a los estímulos.
Adaptación: Los seres vivos se adaptan a su entorno con el tiempo, desarrollando nuevos rasgos que les ayudan a sobrevivir y reproducirse. Los seres no vivos no se adaptan.
Homeostasis: Los seres vivos mantienen un ambiente interno estable a pesar de los cambios en el ambiente externo. Los seres no vivos no mantienen la homeostasis.
Evolución: Los seres vivos evolucionan con el tiempo y cambian en respuesta a los cambios en el medio ambiente. Los seres no vivos no evolucionan.
Al observar las características de una cosa, puedes determinar si está viva o no.