- El Tratado Antártico: El Tratado Antártico, firmado en 1959, no reconoce el reclamo de ningún país sobre la Antártida. Más bien, reserva el continente para la investigación y la cooperación científicas. Esto significa que la comunidad internacional no reconoce legalmente el reclamo de Australia.
- Reclamaciones territoriales en competencia: Varios otros países han hecho reclamos territoriales sobre la Antártida, incluidos Argentina, Chile, Francia, Nueva Zelanda, Noruega, Rusia y el Reino Unido. Estos reclamos se superponen con el reclamo de Australia, creando el potencial de conflicto.
- Paisaje geopolítico cambiante: El panorama geopolítico de la región antártica está cambiando, con el surgimiento de nuevos actores, como China y Corea del Sur, que están aumentando su presencia y actividades en la región. Estos países no han hecho reclamos territoriales sobre la Antártida, pero podrían potencialmente cuestionar los reclamos existentes en el futuro.
- Preocupaciones medioambientales: Existe una creciente preocupación por el impacto ambiental de la actividad humana en la Antártida, incluida la contaminación, el cambio climático y la sobrepesca. Esto ha llevado a llamados a una mayor cooperación internacional y regulación de la actividad en la región, lo que potencialmente podría afectar el reclamo de Australia.
- Dinámica geopolítica cambiante: La dinámica geopolítica en la región antártica está evolucionando y nuevos países expresan interés y aumentan su presencia. Esto podría potencialmente cuestionar las reclamaciones existentes y hacer que a Australia le resulte más difícil mantener su reclamación.
- Investigación y exploración científica: La investigación y exploración científica en la Antártida a veces pueden conducir a nuevos descubrimientos y conocimientos que pueden afectar los reclamos territoriales. Esto podría potencialmente socavar la alegación de Australia si surge nueva información que cuestione el fundamento de su alegación.
A pesar de estos desafíos, Australia sigue comprometida con su reclamo sobre la Antártida y continúa participando en investigación científica, conservación y otras actividades en la región. Sin embargo, la situación sigue siendo inestable y el futuro a largo plazo del reclamo de Australia sobre la Antártida es incierto.