- Contaminación heredada: La Bahía y su cuenca han acumulado cantidades significativas de contaminantes provenientes de actividades humanas pasadas, como descargas industriales, escorrentías agrícolas y descargas de aguas residuales. Esta contaminación continúa afectando la calidad del agua, incluso cuando se hacen esfuerzos para reducir los aportes futuros de contaminación.
- Escorrentía de zonas agrícolas y urbanas: Si bien se han logrado avances en la reducción de la contaminación por nutrientes de estas fuentes, la escorrentía de las granjas y las áreas urbanas sigue siendo un desafío importante. El exceso de nutrientes de los fertilizantes y el estiércol puede provocar la proliferación de algas y niveles bajos de oxígeno disuelto en la Bahía.
- Cambio climático: La región de la Bahía de Chesapeake está experimentando los impactos del cambio climático, incluido el calentamiento de las aguas, fenómenos meteorológicos más extremos y el aumento del nivel del mar. Estos cambios pueden tener efectos negativos en la calidad del agua, las condiciones del hábitat y las poblaciones de peces.
- Restauración limitada del hábitat: Si bien se han realizado esfuerzos de restauración para mejorar los hábitats en la Bahía, se necesita más trabajo para restaurar y proteger los pastos submarinos, los humedales y otros hábitats críticos de la Bahía que sustentan a los peces y otras formas de vida acuática.
- Regulación y aplicación insuficientes: Algunos argumentan que las regulaciones y los esfuerzos de aplicación de la ley existentes son inadecuados para abordar los desafíos de contaminación que enfrenta la Bahía. Es posible que se necesiten medidas más enérgicas para reducir los aportes de contaminación provenientes de diversas fuentes.
- Concientización y participación pública limitada: Si bien el apoyo público a la limpieza de la Bahía de Chesapeake ha sido fuerte, existe la necesidad de educación y participación continua para garantizar que los ciudadanos y las empresas tomen medidas para reducir sus impactos en la Bahía.
Abordar estos desafíos requerirá el compromiso y la cooperación continuos de todas las partes interesadas, incluidos los gobiernos estatales, federales y locales, las comunidades agrícolas y empresariales y el público. La implementación de estrategias de gestión integrales y adaptativas que se centren en fuentes de contaminación específicas, mejoren los esfuerzos de restauración del hábitat y aborden los impactos del cambio climático será esencial para lograr los objetivos a largo plazo del Programa de la Bahía de Chesapeake.