El estudio, publicado en la revista Nature Communications, analizó la placa dental de humanos antiguos de varias épocas, desde el Neolítico hasta la Edad Media. Los investigadores encontraron que las personas que vivieron en períodos anteriores, cuando las prácticas de higiene estaban menos desarrolladas, tenían tasas significativamente más bajas de caries y enfermedades de las encías en comparación con aquellos que vivieron en períodos posteriores.
Una explicación para este sorprendente hallazgo es que el microbioma oral de los humanos antiguos era más diverso y resistente y contenía una gama más amplia de bacterias beneficiosas que ayudaban a proteger contra las enfermedades bucales. Los investigadores sugieren que los humanos modernos, con su excesivo enfoque en la higiene y el uso de productos antimicrobianos, pueden haber alterado sin darse cuenta el delicado equilibrio de su microbioma oral, haciéndolos más susceptibles a problemas dentales.
Además, el estudio encontró que los humanos antiguos tenían niveles más altos de ciertas proteínas que estimulan el sistema inmunológico en su saliva, lo que sugiere que sus sistemas inmunológicos estaban mejor equipados para combatir infecciones y enfermedades. Esto podría explicar por qué eran menos propensos a enfermarse a pesar de vivir en condiciones insalubres.
Los hallazgos de este estudio desafían la creencia arraigada de que la limpieza siempre es beneficiosa para la salud. Si bien mantener una buena higiene es indudablemente importante, es posible que nuestra obsesión moderna por la limpieza esté haciendo más daño que bien al alterar el equilibrio natural de nuestras comunidades microbianas.
Es importante señalar que el estudio se centró específicamente en la salud bucal y que los resultados no necesariamente se aplican a otros aspectos de la salud. Se necesitan más investigaciones para determinar las implicaciones más amplias de estos hallazgos y comprender el equilibrio óptimo entre limpieza y diversidad microbiana para la salud en general.