El estudio, publicado en The Lancet, revisó 20 revisiones sistemáticas de programas de prevención de violencia sexual. Encontró que sólo 2 de las 20 revisiones encontraron evidencia "convincente" de que alguno de los programas fuera efectivo para reducir la violencia sexual.
Los autores del estudio dicen que sus hallazgos sugieren que "la mayoría de los programas de prevención de la violencia sexual no son efectivos y que se necesitan nuevos enfoques".
La violencia sexual es un importante problema de salud pública:se estima que 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 7 hombres en los Estados Unidos sufren violación o intento de violación en algún momento de sus vidas. Los costos de la violencia sexual son enormes e incluyen problemas de salud física y mental, pérdida de productividad y aislamiento social.
Dada la alta prevalencia y el impacto devastador de la violencia sexual, es esencial desarrollar programas de prevención eficaces. Desafortunadamente, la evidencia actual sugiere que la mayoría de los programas existentes no están funcionando.
Los autores del estudio dicen que se necesitan nuevos enfoques para la prevención de la violencia sexual. Sugieren que estos enfoques deberían centrarse en:
* Cambiar las normas y actitudes sociales que apoyan la violencia sexual.
* Empoderar a las personas para que se protejan de la violencia sexual
* Proporcionar apoyo y recursos a las víctimas de violencia sexual.
Los autores también piden más investigación sobre los programas de prevención de la violencia sexual para identificar qué funciona y qué no.
Hasta que se desarrollen programas de prevención eficaces, la violencia sexual seguirá siendo un importante problema de salud pública.